Relojes y más cosas....: Calibre 11, Heuer Mónaco, Steve McQueen y una reedición del siglo 21... Una colaboración de Santosanto.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Calibre 11, Heuer Mónaco, Steve McQueen y una reedición del siglo 21... Una colaboración de Santosanto.

Los 70’s fueron mágicos. En esos años se vivió una de las revoluciones culturales y sociales más importantes de la historia, liderada por una generación inquieta, en busca constante para cambiar las reglas. Dicha revolución se trasladó a todos los ámbitos, y como no, a la industria de la relojería. No voy a entrar en lo que representaron los setentas para esta industria, que cómo muchos ya sabréis, fué un punto de inflexión con la llegada de los relojes de cuarzo que provocó un cataclismo en la tradicional relojería dominada por los suizos. Esto es un tema que merece un capítulo aparte, a poder ser, explicado por alguien con concimientos y capacidades mucho más grandes que los míos.

Yo quería referirme a esos maravillosos años, dónde la capacidad por crear nuevas formas estaban en el orden del día. Aquí es donde aparece el peculiar germen del reloj que hoy quiero mostraros. Se trata del Heuer Mónaco. Un reloj extremadamente atrevido, que en el momento de su lanzamiento fué un “fracaso en ventas”. Así lo dijo textualmente Jack Heuer, el padre de la criatura. Seguramente el motivo principal de este fracaso fué su atrevida caja cuadrada fabricada por Piquerez, que por cierto era hermética a 50m, cosa inédita en los cronógrafos de la época.

Y eso que dicho reloj montaba en su interior uno de los calibres más aclamados de la historia contemporánea. El calibre 11, el primer calibre cronográfico automático (para muchos) con microrotor del mundo. Construido por Büren y con módulo crono de Dubois-Depraz, fué un proyecto a medias con Breitling, que utilizó el término ChronoMatic para bautizar así a sus niños..

Calibre 11

Una de sus peliculiaridades más llamativas era la posición de la corona, en la parte contraria dónde se ubicaban los pulsadores del crono y para mi gusto, uno de los fuertes a nivel estético que proporcionaba este genial calibre. Genial por concepción, todo hay que decirlo, ya que como se hizo con prisas para competir como primer crono automático del mundo, tenía ciertos problemas que solventaron pocos meses después con el calibre 11-I y sobretodo con el calibre 12, subiéndolo de 19.800 A/h a 21.600 A/h entre otras mejoras.

Heuer ya era conocido mundialmente por sus cronógrafos e instrumentos de medición técnica del tiempo, incluidos viajes espaciales. Antes de montar el calibre 11 en sus nuevos modelos, ya habían aparecido en el mercado maravillas como el Heuer Autavia en el 62, con tres subesferas a las 3-6-9 y uno de sus modelos más emblemáticos de todos los tiempos, El Heuer Carrera en 1963. Preciosos los dos.

Pero volvamos al Calibre 11 o Chronomatic. Cómo el calibre vió la luz en 1969, Jack Heuer lo montó en cuatro de sus cronos. Las evoluciones del Carrera, concretamente en el modelo 1153N, la del Autavia en los modelos 1163MH y 1163T Siffert y como no, el Mónaco 1133B...

Cómo ya habíamos comentado el Mónaco fué un fracaso de ventas inicialmente, aunque pasó algo que cambió el destino del modelo tal y como lo conocemos hoy en día y fué nada más y nada menos, que fué el reloj exhibido por el actor superdemoda Steve Mcqueen en la película-documental “24 horas de Le Mans” (1970) y así, al cabo del tiempo, convertirse en embajador mundial de la marca.

Y aquí una foto del modelo mítico:

Este es el heuer que lució el actor y que se vendió en 2012 por 799.500$

Se trata del Monaco Ref.1133B. éste es que que lucía el guapito del momento. Era un reloj cronógrafo atípico, con una caja cuadrada y de dimensiones muy grandes para la época. La historia de porqué el actor llevaba este reloj se supo posteriormente gracias a la biografía de Jack Heuer.

Todo empieza con el contrato que tenían firmado anteriormente Heuer con el corredor de F1 Jo Siffert, contratado para dar mayor realismo a la docupelicula Le Mans y amigo de McQueen. Parece ser que Steve pidió para el rodaje terner el mismo aspecto que Siffert. Así fué cómo el actor lució el mono blanco y con él, la publicidad de Heuer tatuada en él. Parece ser que en principio el reloj seleccionado por Don Nunley, jefe de atrezzo de la película, era un Omega, pero que McQueen rechazó porqué temía que la marca usaría su imagen para vender relojes. Que cosas. No sabía lo que que vendría después...

Mc Queen escucha a Jo Siffert

Ahora ya sabemos porqué la elección fué Heuer. ¿Y porqué el Mónaco y no un Carrera o un Autavia, más destinados a un nivel profesional? Fué casual. En ese momento, el ya nombrado Don Nunley, era de el único que tenía tres unidades iguales. Era indispensable para el atrezzo. Uno para uso normal, otro para la fotografia fija y otro de recambio por si se rompía alguno. Así de simple. Además, la relación del actor con Heuer no era muy consistente con qué, una vez acabado el rodaje se acabó la relación. De aquí que no obtuvo resultados inmediatos en ventas, aunque el tiempo lo convirtió en un reloj de culto. Años después, ya en los 90’s, TAG Heuer, aprovechando la compra de los derechos de imagen del actor reeditó el modelo y fué cuando realmente exprimió al máximo sus posibilidades.

No fué el primero en fabricarse ya que estos llevaban la palabra chronomatic en el dial y salieron al mercado en 1969:

No estuvieron muchos años con el Mónaco. Sólo se comecializó hasta 1976. No es mucho teniendo en cuenta su año salida en 1969. Eso sí, llegaron a salir 15 versiones distintas. Desde el iniciático Calibre 11, el Calibre 12 y calibre 15, más económicos y hasta se montó con movimientos manuales, con los Valjoux 7736 y 7740. Se estima que durante todo este periodo sólo se producieron 4000-4500 unidades del Mónaco. Ya ves, una cantidad ínfima que hace que actualmente esten muy buscados y valorados.

Hasta aquí la primera parte del Mónaco. La segunda parte empieza en los 90’s y con un gran éxito. En 1985, el grupo TAG (Tecniques d´Avant-Garde) Adquirió Heuer, formando la actual TAG Heuer.

Los nuevos TAG Heuer son un éxito comercial y la compañía crece hasta llegar a cotizar en bolsa en 1996. Ya en 1998 deciden Reeditar los clásicos de Heuer: Carrera y Monaco. Contactan con el hijo de Steve McQueen, Chuck, para hacerse con los derechos de imagen del actor fallecido en 1980 y la reedición del Mónaco, otro éxito aplastante.

Tirando de Photoshop. Fíjate en la ubicación de la corona.

Desde 1998 hasta ahora han habido unas cuantas reediciones del mítico modelo, o mejor dicho Restylings, porque todos difieren del original. Dejando aparte la cantidad ingente de modelos que han salido con la palabra Monaco (V4 series, incluido Tourbillon, Sixty nine, el Mónaco Digital, O el Mónaco 24, con las rayas azul y naranja en el dial), los mas auténticos “McQueens” han sido tres. La reedición del 2003 con calibre 17, la del 2010 con calibre 12 y la del 2015 con calibre 11. Esta última, fija en el catálogo (no es una edición limitada como las anteriores) puede que sea la más fiel al original:

Foto: Foro calibre11

Hecho este pequeño repaso, paso a mostraros unas fotos que le he hecho a una de estas reediciones del siglo 21 que ha caído en mis garras, y que gracias al bueno de Juan Vegaban, he podido disfrutar un tiempecillo. Se trata de la Reedición del 2003, la primera de la era actual con el azul icónico de la película. El CW2113 con calibre 17.

Cómo podéis observar, tiene sus diferencias con el Homenajeado. La primera y principal es el logo, de Heuer a TAG Heuer. Destaca también un cambio de tono en el color de la esfera y la colocación de la corona a la derecha junto con los pulsadores más modernos.

También se diferencía con las agujas menos deportivas, la colocación de las saetas y los contadores de las subesferas. Aquí en este modelo estamos hablando que monta un calibre 17, basado en el ETA 2894-2. El original 1133b “McQueen” carecía de contador de segundos aparte de la cronogràfica.

La caja se reduce 1mm, pero conserva todo el sabor del original. 38mm, cuadrada con una dulce curvatura en el borde exterior, facetada y con zonas pulidas y satinadas. Una delicia diabólica.

Los pulsadores, planos, rectagulares-octogonales y la corona ubicada a la derecha es, posiblemente, uno de los aspectos que menos gustó a los puristas del modelo, pero hay que decir que los acabados son soberbios, tanto de los pulsadores como el relieve formado en la caja para su ubicación.

Dónde si que la han clavado ha sido en conservar el plexy, en vez de colocar un cristal mineral o zafiro.

Es un reloj que tenía muchas ganas de catar pero he de decir que me ha dejado sensaciones contrapuestas. Es agradable la sensación de llevar un modelo mítico, aunque sea una actualización sigue manteniendo ese sabor setentero que tanto placer me da. El plexi ayuda a ello. También ayuda mirar la esfera y ese color azul, el logo Heuer y ver los marcadores en relieve. Pero siendo subjetivo, aquí acaba mi admiración sobre él. Puede que la falta de costumbre a los relojes cuadrados hace que no acabe de sentirme a gusto con él. Puede también que el hecho de que se parezca más a un restyling que a una reedición como dios manda haga mella en mi subconsciente. Sea una cosa o la otra, se trata de simplemente mi opinión, centrada en mis gustos personales.